Los últimos meses están siendo de lo más fructíferos para Marcel Borràs (Olot, 1989). En televisión le hemos visto como padre atribulado en ‘Això no és Suècia’, como hijo con complejo de Edipo en ‘Galgos’ y, en el teatro, viviendo su supuesto divorcio profesional con su pareja teatral de los últimos 15 años, Nao Albet. Ahora se sumerge en el turbio mundo de las drogas con la segunda temporada de la serie de Movistar Plus+ ‘El Inmortal’, basada en la historia de la banda de los Miami.
Su personaje, Rober, era el chico que no quería verse involucrado en drogas. Y ahora hasta tiene las manos manchadas de sangre.
Ha aceptado su camino, que es estar al lado de su amigo desde que tiene un accidente muy grave. Aunque no va a ser el cabecilla de la venganza, sí que hay un sentimiento muy grande en Rober de que Fausti tiene que morir. Al final se ha criado en un barrio en el que donde las dan, las toman.
Aunque en los nuevos capítulos Rober se independiza un poco de su gran amigo, José Antonio [Álex García].
Uno de los ejes de esta segunda temporada es cómo los colegas y familiares de José Antonio se van distanciando. Está guay contar que Rober toma una vida diferente para contar esa soledad de José Antonio.
¿Cree que esta temporada es todavía más violenta?
Uno de los motores de la temporada es la venganza, y está bien reflejado lo que trae. Si tú decides empezar a poner unas barreras rojas y a determinar quién está contigo y quién está contra ti, las consecuencias son toda esa violencia. Creo que es un acierto que estos capítulos sean más crudos, porque ayuda a contar este relato.
En la primera temporada, producción y guionistas tuvieron algún contacto con los Miami. ¿Lo tuvieron también los actores?
No, los guionistas han hecho el trabajo de hacerse muy suya la historia. En mi caso, por ejemplo, Rober no es un personaje concreto real que existiera, sino que es una mezcla de diferentes personajes o anécdotas que les contaron y lo desarrollaron a su gusto.
La serie está ambientada en los años 90. ¿Pero cree que actualmente también se podrían producir hechos así?
No es que se podrían producir, es que se producen. No creo que el negocio de la cocaína esté a la baja, porque España es uno de los principales puertos de entrada a Europa y hay muchas mafias. Igual que las multinacionales compiten entre ellas con puyas en los tribunales, las mafias lo hacen desde otro lugar. Así que es un tema que sigue estando latente. Pero vamos, tampoco soy un experto…
“Llevo unos meses parado para hacer otras cosas que no sean trabajar y, en parte, estar con mis hijos”
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¿No puede ser peligroso humanizar a personajes así, la exaltación del narco?
No creo que sea peligroso. Al final la historia habla por sí sola, ves las consecuencias que tiene comportarse de esa manera. No creo que a nadie que vea la serie le entren ganas de parecerse a José Antonio o Rober o de ser narco y entrar en los Miami. No se plantea como una vida fácil.
Últimamente le hemos visto en ‘Això no és Suècia’ (3Cat y RTVE Play). ¿Hacer una serie así, que reflexiona tanto sobre la crianza, le ha hecho mejor padre?
Pues no lo sé… De entrada, me ha hecho estar más ausente. Esta serie que habla tanto de la paternidad y de estar presente en la vida de los hijos precisamente me ha producido estar más ausente. Pero era un proyecto muy personal. Aunque yo no lo haya escrito ni dirigido, lo ha hecho mi pareja [Aina Clotet]todos os roteiristas são amigos, é um projeto que vi nascer e todas as reflexões que ele faz na formação, no privado, a gente já vem fazendo.
¡Ahora todo el mundo pensará que son esos padres ‘pijohippies’ de la serie!
No, no, es totalmente ficción.
En esa serie su personaje renuncia a su trabajo para criar a sus hijos y dejar a su mujer volver al entorno laboral. ¿Se ha planteado alguna vez hacer algo así, dejar su trabajo de lado para pasar más tiempo con sus hijos?
Sí. Hay que encontrar ese equilibrio. Aparte, como nuestro trabajo es tan intenso cuando ruedas o ensayas, luego paro. Ahora llevo unos meses parado a conciencia para hacer otras cosas que no sean trabajar y, en parte, estar con mis hijos.
También sigue en su faceta de dramaturgo, director y protagonista teatral. ¿Cómo va su divorcio con Nao Albet del que se ha hablado tanto en su última obra? ¿Es real o no?
No sé qué responder porque seguimos en el proceso de divorcio. Mientras sigamos haciendo la obra es un proceso vivo. Hasta que no la terminemos no sabremos cuánto de real será.
Su relación profesional está siendo muy fructífera, llevan 15 años sacando obras juntos y tienen algún premio Max. Si se separan, será un antes y un después en su carrera.
Si al final decidimos que se acabó, sí que lo habrá sido. Es lo que contamos un poco en la obra, que las cosas tienen su momento.
Acostumbrado como está a sacar adelante sus propias obras teatrales, y después de ver que su pareja, Aina, haya creado ‘Això no és Suècia’, ¿no se plantea dar el paso de montar alguna serie propia para televisión?
Todavía no. Le tengo bastante respeto al medio, es otro código.