Hot News
No son los sustitutos del árbol, ni mucho menos. Más bien, al contrario. Son sus aliados y su instalación, cada vez más habitual en Zaragoza, cumple con varias funciones, como ayudar al control de plagas al acoger insectos beneficiosos. Son los parterres, unos elementos vegetales que se pueden encontrar en muchas de las reformas que se han hecho en los últimos años en la ciudad, en lugares como la plaza Salamero o la avenida Navarra.
Esto no quiere decir que antes no los hubiera en la capital aragonesa. El jefe del departamento de Ecología Urbana del Ayuntamiento de Zaragoza, Francisco Bergua, recuerda que los ya existentes solían acoger flores de temporada que se cambiaban dos veces al año, aproximadamente, en abril y octubre. Ha sido desde el año 2019 cuando se aplica el nuevo enfoque con estas soluciones florales y arbustivas que, como destaca, se van «compatibilizando con los árboles». «Hay grandes parterres donde se ve arbolado intercalado y, en lugar de césped, se ven masas arbustivas», ilustra sobre un nuevo escenario que no solo se queda en el núcleo urbano, sino que llega a los barrios rurales, y con el que también se han colocado «más de 70» dedicados a la flor, donde no encajarían árboles.
Una de sus ventajas radica en que son «refugios de fauna que sirve para controlar las plagas que sufre el arbolado». Es decir, se convierten en aliados de los árboles al ofrecer un hogar a especies de insectos beneficiosas. «Así no tenemos ninguna necesidad de utilizar químicos», apostilla el responsable de Ecología Urbana del consistorio. Para ello, el consistorio soltó el pasado mes de junio 145.000 ejemplares que combaten posibles plagas como las del pulgón. Para ello, se utilizan especies como la adalia bipunctata (mariquita), aphidius colemani (una pequeña avispa), Anthocoris (chinche), chrysoperlas (neuróptedo) y Cryptolaemus montrouzieri (escarabajo).
Por todo ello, el auge de estos elementos «no va en detrimento de los árboles», si no más bien al contrario. «El número de árboles se está incrementando claramente. Pero una ciudad no estará más naturalizada por más palos que pongamos», afirma Bergua.
En ese sentido, precisa que los ejemplares arbóreos han de tener «el espacio que necesitan para desarrollarse». «Los beneficios que aportan es por la copa, no por el tronco», precisa. Por ello, indica que desde el consistorio se diseñan los entornos que los van a acoger «para que puedan desarrollar bien la copa, que es lo que va a generar muchos más beneficios para la salud y ambientales».
[–>
En este planteamiento, los técnicos del ayuntamiento tampoco eligen al azar las especies que utilizará, sino que su máxima pasa por que «todos los alcorques tengan su árbol más adecuado». No se trata de poner un palo, sino de colocar el árbol que toca en el sitio correcto», concluye.
[–>
#hotnews #noticias #AtualizaçõesDiárias #SigaHotnews #FiquePorDentro #ÚltimasNotícias #InformaçãoAtual