Los jugadores están hartos del entrenador y el entrenador harto de los jugadores; los aficionados están hartos de partidos sin alma; y los periodistas hartos de escribir siempre lo mismo partido tras partido.
La primera parte del Mallorca en Pamplona fue nefasta y la segunda muy discreta, y aun así, si el Cádiz no gana hoy al Sevilla en el Pizjuán, los bermellones certificarán su permanencia una temporada más en Primera. Pero qué larga está siendo la temporada, sobre todo desde la final de la Copa del Rey. Parece que de lo de La Cartuja pasó hace seis meses, y ahí seguimos, contando casis en los remates a portería, empates uno detrás de otro, y partidos lentos, aburridos y dé pocas alegrías, agradeciendo que hay más deméritos de otros que méritos propios. Y todo este camino podría acabar hoy si el Cádiz no gana, aunque ya sabemos que en fútbol lo de depender de los demás no es demasiado fiable, pero así lleva toda la temporada este Mallorca, agradecido a que los de abajo se han empeñado en que los de Aguirre se salven.
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Darder marcó su primer gol; Larin ha hecho solo dos; Muriqi y Raíllo han sufrido lesiones de largo plazo; y no sé cuantas cosas más, incluido el desgaste de la final de Copa. Que se acabe esto pronto y que los partidos contra Almería y Getafe no tengan trascendencia y se acabe esta agonía.
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