El cadáver de M. M., el hombre decapitado por su propio hijo, P. M., de 46 años, en la noche de este lunes, fue hallado en un camino ante la casa de unos vecinos, a poca distancia de su domicilio. Todo indica que “fue a pedir ayuda, pero el matrimonio de la casa no le abrió”, indicó un vecino de Soto de Ribera, en la mañana después del macabro “crimen de la cabeza”. “Estaba tirado en el suelo, sin cabeza, y se escuchaba al hijo cantar el ‘Cara al sol'”, añadió.
Según apuntan fuentes de la investigación, la víctima fue apuñalada por su hijo en la vivienda con un cuchillo. El padre pudo salir huyendo de la vivienda tras este primer ataque y el hijo fue detrás, con un hacha. Tras alcanzarle frente a la casa de unos vecinos, lo remató, cortándole la cabeza.
La familia nunca había protagonizado incidentes violentos, por lo que los vecinos no esperaban ni por asomo lo que ocurrió en la noche de este lunes. El presunto homicida carece de antecedentes y el padre nunca le había denunciado por agresión. “El paisano vivía solo. Llevaba cincuenta años aquí. Era muy buena persona. El hijo venía por temporadas. Ayer mismo (por el lunes) estuvo segando. Era un poco raro, pasaba con la mochila y unas veces saludaba y otra no”, relató un residente de la zona.
La vivienda en la que residía la víctima ha sido acordonada por la Guardia Civil, cuya Policía Judicial se ha hecho cargo de las investigaciones. El presunto autor del crimen continúa ingresado en el HUCA y los agentes han pedido su historial psiquiátrico, con el fin de encontrar una explicación médica a este brote de violencia macabra.
[–>
La hija de la víctima, que reside en la parte baja de la casa, no estaba en la vivienda en el momento del crimen, según aseguraron los vecinos. Los medios de comunicación tomaron el pueblo en busca de testigos de lo ocurrido en una noche de terror, durante la que el presunto homicida fue visto ensangrentado jugando con la cabeza de su padre como si fuese una pelota de fútbol, o arrojándola contra los coches en la rotonda de Soto de Ribera, mientras amenazaba a los conductores con el hacha con la que había decapitado a la víctima.